La felicidad se obtiene de muchas formas y el senderismo es definitivamente una de ellas. Cada vez que escucho a personas quejándose de una vida estresante y negativa, siempre los animo a hacer una ruta y conectar con la naturaleza. Aunque exprimir el cuerpo y desafiar a los elementos no parece muy atractivo, ir de ruta transforma la vida de las persona haciéndoles más felices. Aunque no siempre como verás ahora. INDICE La frustración y el miedo Acepta los cambios Improvisar nunca es malo Disfruta de las pequeñas cosas Toma tus propias decisiones Mantente activo y saludable Ten amor propio Camina con amigos La frustración y el miedo Como en muchas facetas de la vida, incluso en la montaña es muy fácil caer en la frustración y en el desánimo cuando no se consigue lo que se quiere. No llegar al pico más alto o abortar la aventura sienta muy mal. Sobretodo cuando llevas tiempo preparándola. Y algo que debería ser un disfrute se convierte de repente en una pesadilla. Por eso cuando camino con nuevos senderistas, siempre les recuerdo lo siguiente: Acepta los cambios En la montaña no se puede cambiar lo que nos sucede, pero podemos cambiar la manera en que reaccionamos a ellas. No podemos cambiar el clima. No podemos hacer desaparecer las pendientes. No podemos hacer desaparecer el dolor (al menos, no de inmediato). Pero podemos cambiar la manera en que reaccionamos ante ellos. Al cambiar nuestra actitud a una forma de pensar más positiva, todo se vuelve más sencillo. Si llueve con fuerza podemos montar nuestro refugio y simplemente pasar el resto del día leyendo. Si la ruta pasa por una subida con mucho desnivel podemos buscar una alternativa más fácil o simplemente tomártelo con calma. Si tienes dolor puedes pasar el día en el refugio más cercano hasta conseguir recuperarte. Incluso, si todo se pone cuesta arriba, siempre estas a tiempo de abortar y disfrutar del camino de vuelta. Aceptando los cambios, muchas de las cosas que irritan de repente se vuelven mucho más fáciles de gestionar. Improvisar nunca es malo Todos planificamos nuestra ruta al detalle, o al menos, eso deberíamos de hacer. Pero la mayoría de la veces, no terminan exactamente como habíamos planeado. No importa. No te sientas culpables si hago no sale como esperabas. Cuando lo haces, no solo te sientes mal, si no que ademas te vuelves torpe, lento e irritable con lo demás compañeros de ruta. Disfruta de las pequeñas cosas La felicidad en el senderismo también se encuentra en pequeñas maravillas. No solo se trata de ver grandes valles y de acabar con éxito la ruta. También he aprendido a valorar hasta las cosas más pequeñas. Una abeja recolectando néctar, el aire puro, la intimidad con tus compañeros, etc. Es una de las razones por las que amo el senderismo. No importa qué tan malo sea mi día, sé que siempre habrá algo pequeño que pueda alegrarme. Toma tus propias decisiones Puedes viajar caminando, corriendo o saltando. ¡Hazlo como tu quieras! ¿Estás cansado? Siéntate a descansar. ¿Encuentras un lugar maravilloso? Acampa ahí mismo. El senderismo es libre y el objetivo es que aprendas a disfrutarlo al máximo. ¡Sé tu mismo y viaja a tu manera! Mantente activo y saludable Raro es el día que no me cruzo con algún senderista (y no habla de los trail runners). Una razón obvia por la que los senderistas siempre están tan felices es porque estamos haciendo ejercicio todo el día. Todo ese movimiento activa la sangre y aumenta las endorfinas en nuestro cerebro. Al mismo tiempo se reduce el estrés. Hacer ejercicio aunque sea solo caminando, será como recibir una inyección de felicidad. Y no olvides alimentarte bien y mantenerte hidratado. Nuestro cuerpo reacciona mal si no comemos lo suficiente o estamos mal hidratados. Ten amor propio He aprendido que el hecho de que alguien sea más rápido que yo no significa que sea mejor senderista. También he comprendido que no importa quién sea el primero en llegar. Lo importante es sentirse feliz durante toda tu aventura. No te compares con otras personas. Es igual como en la vida real. El hecho de que alguien parezca «mejor» que yo no significa que sea más feliz. Al contrario, en realidad envidian la felicidad que tienes. Camina con amigos Una de las razones por las cuales las amistades en el senderismo son tan profundas se debe a la cantidad de tiempo que pasamos juntos. Si tuviese una quedada con un amigo 1 hora cada semana durante un año, pasaría con él 52 horas. Caminar con un nuevo amigo durante 5 días seguidos son 120 horas. Mucho más de lo que pasaría con el primero. La felicidad en el senderismo aumenta más cuando se comparte 🙂
La felicidad en el senderismo
Consigue aumentar tu felicidad en el senderismo cambiando la manera en que reaccionas a los imprevistos.
La felicidad se obtiene de muchas formas y el senderismo es definitivamente una de ellas.
Cada vez que escucho a personas quejándose de una vida estresante y negativa, siempre los animo a hacer una ruta y conectar con la naturaleza.
Aunque exprimir el cuerpo y desafiar a los elementos no parece muy atractivo, ir de ruta transforma la vida de las persona haciéndoles más felices.
Aunque no siempre como verás ahora.
La frustración y el miedo
Como en muchas facetas de la vida, incluso en la montaña es muy fácil caer en la frustración y en el desánimo cuando no se consigue lo que se quiere.
No llegar al pico más alto o abortar la aventura sienta muy mal.
Sobretodo cuando llevas tiempo preparándola.
Y algo que debería ser un disfrute se convierte de repente en una pesadilla.
Por eso cuando camino con nuevos senderistas, siempre les recuerdo lo siguiente:
Acepta los cambios
En la montaña no se puede cambiar lo que nos sucede, pero podemos cambiar la manera en que reaccionamos a ellas.
Pero podemos cambiar la manera en que reaccionamos ante ellos.
Al cambiar nuestra actitud a una forma de pensar más positiva, todo se vuelve más sencillo.
Si llueve con fuerza podemos montar nuestro refugio y simplemente pasar el resto del día leyendo.
Si la ruta pasa por una subida con mucho desnivel podemos buscar una alternativa más fácil o simplemente tomártelo con calma.
Si tienes dolor puedes pasar el día en el refugio más cercano hasta conseguir recuperarte.
Incluso, si todo se pone cuesta arriba, siempre estas a tiempo de abortar y disfrutar del camino de vuelta.
Aceptando los cambios, muchas de las cosas que irritan de repente se vuelven mucho más fáciles de gestionar.
Improvisar nunca es malo
Todos planificamos nuestra ruta al detalle, o al menos, eso deberíamos de hacer.
Pero la mayoría de la veces, no terminan exactamente como habíamos planeado.
No importa.
No te sientas culpables si hago no sale como esperabas.
Cuando lo haces, no solo te sientes mal, si no que ademas te vuelves torpe, lento e irritable con lo demás compañeros de ruta.
Disfruta de las pequeñas cosas
La felicidad en el senderismo también se encuentra en pequeñas maravillas.
No solo se trata de ver grandes valles y de acabar con éxito la ruta.
También he aprendido a valorar hasta las cosas más pequeñas.
Una abeja recolectando néctar, el aire puro, la intimidad con tus compañeros, etc.
Es una de las razones por las que amo el senderismo.
No importa qué tan malo sea mi día, sé que siempre habrá algo pequeño que pueda alegrarme.
Toma tus propias decisiones
Puedes viajar caminando, corriendo o saltando.
¡Hazlo como tu quieras!
¿Estás cansado? Siéntate a descansar.
¿Encuentras un lugar maravilloso? Acampa ahí mismo.
El senderismo es libre y el objetivo es que aprendas a disfrutarlo al máximo.
¡Sé tu mismo y viaja a tu manera!
Mantente activo y saludable
Raro es el día que no me cruzo con algún senderista (y no habla de los trail runners).
Una razón obvia por la que los senderistas siempre están tan felices es porque estamos haciendo ejercicio todo el día.
Todo ese movimiento activa la sangre y aumenta las endorfinas en nuestro cerebro.
Al mismo tiempo se reduce el estrés.
Hacer ejercicio aunque sea solo caminando, será como recibir una inyección de felicidad.
Y no olvides alimentarte bien y mantenerte hidratado.
Nuestro cuerpo reacciona mal si no comemos lo suficiente o estamos mal hidratados.
Ten amor propio
He aprendido que el hecho de que alguien sea más rápido que yo no significa que sea mejor senderista.
También he comprendido que no importa quién sea el primero en llegar.
Lo importante es sentirse feliz durante toda tu aventura.
No te compares con otras personas.
Es igual como en la vida real.
El hecho de que alguien parezca «mejor» que yo no significa que sea más feliz.
Al contrario, en realidad envidian la felicidad que tienes.
Camina con amigos
Una de las razones por las cuales las amistades en el senderismo son tan profundas se debe a la cantidad de tiempo que pasamos juntos.
Si tuviese una quedada con un amigo 1 hora cada semana durante un año, pasaría con él 52 horas.
Caminar con un nuevo amigo durante 5 días seguidos son 120 horas. Mucho más de lo que pasaría con el primero.
La felicidad en el senderismo aumenta más cuando se comparte 🙂
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