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Sacos, quilts y esterillas seleccionados para ayudarte a descansar mejor sin cargar de más.
El R-Value mide la resistencia térmica de una esterilla: cuánto aislamiento ofrece frente al frío del suelo.
En ultraligero, el suelo es la principal fuente de pérdida de calor, por lo que una esterilla insuficiente hará que pases frío incluso con un buen saco. El R-Value es acumulativo y cuantificable, lo que lo convierte en una referencia objetiva para elegir bien.
Como referencia técnica:
R-Value 1–2: verano, noches templadas, suelo cálido
R-Value 2–3: tres estaciones, uso general UL
R-Value 4–5: frío, montaña, primavera avanzada u otoño
R-Value >5: invierno, nieve o suelo helado
La diferencia principal está en cómo se gestiona el aislamiento térmico.
En un saco tradicional, tipo momia, el aislamiento rodea todo el cuerpo, pero la parte inferior se comprime al tumbarse y pierde gran parte de su capacidad aislante. En la práctica, esa zona aporta poco calor.
El quilt elimina ese aislamiento inferior innecesario y confía el aislamiento contra el suelo a la esterilla. Esto permite:
• reducir peso y volumen
• mejorar la eficiencia térmica por gramo
• adaptar el sistema a diferentes condiciones regulando ventilación
A cambio, el quilt requiere:
• una esterilla con R-Value adecuado
• buen control de corrientes de aire
• algo más de experiencia en el ajuste del sistema
En términos ultraligeros, el quilt no es una solución “menos caliente”, sino una forma más eficiente y modular de gestionar el aislamiento cuando el sistema está bien equilibrado.
La pluma ofrece la mejor relación calor-peso y compresibilidad, lo que la convierte en la opción preferida en ultraligero. A igual temperatura, un saco de pluma pesa menos y ocupa menos volumen que uno sintético.
El aislamiento sintético mantiene mejor el rendimiento cuando está húmedo y es más tolerante a un uso descuidado, pero penaliza en peso, volumen y durabilidad térmica a largo plazo.
En filosofía ultraligera, la pluma es la opción más eficiente siempre que se gestione bien la humedad. El sintético tiene sentido en entornos muy húmedos o para usuarios que priorizan robustez y simplicidad frente a la optimización del peso.
El rango de temperatura de un quilt se basa en su capacidad de aislamiento superior, ya que no hay aislamiento comprimido bajo el cuerpo. Esto hace que el sistema dependa en gran medida de la esterilla (R-Value), del ajuste del quilt y de la ropa usada para dormir.
En quilts, la temperatura indicada suele ser una temperatura límite de confort para un usuario medio, no una garantía absoluta. Dormir más caliente o más frío depende del metabolismo, del viento, de la humedad y de cómo se cierre el quilt al cuerpo.
En ultraligero, es habitual elegir un quilt con un margen de seguridad de 5 °C por debajo de la temperatura mínima esperada, optimizando el peso sin comprometer el descanso.
La elección depende de la temperatura mínima real a la que vas a dormir y de cómo de afinado esté el resto de tu sistema (esterilla, ropa, refugio).
• 0 °C → Adecuado para tres estaciones suaves. Ideal si duermes habitualmente por encima de 2–4 °C, con una buena esterilla y sin buscar margen extra. Es la opción más ligera.
• −6 °C → La opción más equilibrada para la mayoría de rutas de montaña. Ofrece margen de seguridad, tolera noches puntualmente frías y es la elección más versátil en ultraligero.
• −12 °C → Pensado para frío constante, alta montaña o personas frioleras. Aporta mucha seguridad térmica, pero con penalización clara de peso y volumen.
En quilts ultraligeros, no es recomendable ir justo: elegir un modelo ligeramente más cálido permite dormir mejor, compensar errores (viento, humedad, cansancio) y alargar el uso del equipo durante más meses del año.
n un sistema con quilt, la esterilla es tan importante como el propio quilt. Al no tener aislamiento en la parte inferior, todo el aislamiento frente al frío del suelo depende de la esterilla.
El factor clave es el R-Value, que mide la resistencia térmica:
• R ≈ 2–3 → Uso estival o noches suaves. Insuficiente con quilts en frío.
• R ≈ 3.5–4.5 → Tres estaciones. El mínimo recomendable para quilts de 0 °C a −6 °C.
• R ≥ 5 → Frío, alta montaña o invierno. Imprescindible para quilts de −6 °C a −12 °C.
Una esterilla con R-Value bajo provoca pérdidas de calor por conducción, haciendo que el quilt “rinda peor” aunque su temperatura nominal sea correcta. Por eso, en ultraligero se diseña el sistema como un conjunto: quilt + esterilla + refugio.